
Olores Perdidos
Vivimos en un mundo en el que, con el paso del tiempo, los recursos naturales van y vienen. Por lo general, los animales ocupan el primer lugar en las conversaciones sobre la extinción, pero muchas plantas han dejado de existir en el planeta. Las plantas se extinguen por muchas razones, como la incompatibilidad con los paisajes siempre cambiantes, el exceso de celo humano y la sobreexplotación. Muchos tipos de plantas que fueron populares en su día hicieron furor en el mundo de la perfumería por su calidad olfativa. Los científicos, los botánicos y los perfumistas llevan mucho tiempo reflexionando sobre cómo podían oler estas plantas y desde entonces han intentado reproducir su calidad olfativa. A medida que la civilización se desarrolla, también lo hacen nuestros deseos individuales.
La ciencia de la identificación de los olores se funde con la innovación de la perfumería, ya que la tecnología nos ha permitido identificar compuestos específicos en muestras de gas. Sin embargo, un método de probada eficacia se ha basado en nuestra propia parte del cuerpo, la nariz. La flor del narciso es una de esas flores silvestres que se utilizan en los perfumes comerciales, bañando nuestro sentido del olfato en la opulencia. Los ricos y embriagadores aromas de la flor del narciso son bastante sencillos de identificar, pero encapsulan las complejidades del mundo natural con sus múltiples asociaciones. El jazmín es otra flor emblemática utilizada en perfumería y aromaterapia por su carácter relajante. El tabaco en flor, el nardo y el lirio de los valles son otros ejemplos de los recursos naturales que podemos arrancar, destilar y personalizar en perfumes y aceites. Son olores a los que estamos acostumbrados en esta era moderna, pero ¿qué pasa con las plantas que han dejado de existir? ¿Podemos replicar su esencia utilizando la ciencia o incluso trabajando con sus parientes en el reino vegetal?
Imaginemos un paseo por un antiguo jardín de Babilonia, ya desaparecido. Podemos imaginar la hazaña real del rey y sus concubinas al plantar casi todos los árboles y follajes conocidos. Es una maravilla saber cuántas de esas plantas se han perdido para la historia desde que el tiempo avanzó. Con su exuberante vegetación que abarca pilares de más de 70 pies de altura, hierbas y flores exóticas que emanan olores salvajes y embriagadores. Se puede pasar por delante del dulce aroma del almendro y detenerse un momento en los complejos olores de la higuera con intriga; cambiando suavemente entre las facetas lechosas-cremosas-dulces y el agudo amargor de sus hojas verdes.
El silphium, una planta silvestre ya extinguida y cultivada ampliamente por los antiguos romanos, se comparaba con la asafétida, un extracto de hierba de olor muy penetrante, picante y resinoso. Alberga aromas similares a los del apio o la dulzura del hinojo, por lo que quizás el silphium olía como un híbrido de ambos, fusionando la cualidad afrutada y verde de algunos perfumes actuales. La Violeta de Grito, originaria de Francia central, se ha extinguido recientemente debido a la extracción de su región original. La Violeta de Grito era codiciada por su aroma floral y ligeramente perfumado. La lista de olores extinguidos es sorprendentemente larga, pero la pérdida de la aceituna de Santa Elena es quizá la más trágica debido a los esfuerzos de los científicos por mantener viva la planta. El olivo tiene una cualidad frutal única y etérea que destaca en los perfumes cuando se utiliza. Teniendo en cuenta el aceite esencial de oliva, que combina la acidez de la aceituna con la delicadeza floral, hay mucho espacio para especular sobre los olores abstractos pero integrales que pueden haber irradiado alguna vez estas misteriosas flores silvestres.
Los perfumistas llevan mucho tiempo recorriendo el mundo en una búsqueda por descubrir todos sus misteriosos y magníficos secretos que puedan desvelar nuestro propio potencial en relación con el mundo natural. Nuestra curiosidad humana no es diferente a la de los mamíferos introducidos en Santa Elena, que mordisquean los preciosos olivos de la isla. Nosotros también formamos parte de este rico y siempre cambiante antropoceno, en lugar de considerarnos separados de él. La forma en que la naturaleza y la vida se abren paso está en consonancia con nuestro descubrimiento. La complejidad de la vida silvestre se reproduce en nuestro ingenio en las formas en que la transformamos en alimentos, aceites, perfumes, afrodisíacos, aromaterapia y medicina. El uso de la ciencia y la historia nos permite descubrir una gran cantidad de información sobre las culturas del pasado. A menudo, los olores se olvidan con el paso de las generaciones, pero la información que contienen es muy útil para comprender la civilización. Como un viejo libro encuadernado en cuero o el primer lote de perfumes creado en una civilización antigua. Como el mundo es una continuación de acontecimientos y experiencias, estas reflexiones nos llevan a preguntarnos hasta qué punto los olores que estaban tan presentes en las culturas del pasado están arraigados en nuestra propia genética. ¿Significa esto que tenemos una memoria olfativa ancestral? Piense en cómo el olor a pino o a canela puede evocar recuerdos de la Navidad. Nuestras ricas bases de datos neurológicos son amplias, infinitas, y toman prestadas verdades pasadas para construir una realidad actual.
Jean-Francois Courtine dice que «lo sublime no es tanto a dónde volvemos, sino de dónde venimos». El amor que sentimos por nuestro querido planeta nos anima a mirar hacia el futuro aprendiendo del pasado. En Viti Vinci, honramos a la Tierra creando perfumes sostenibles y haciendo honor a la filosofía de haber amado y perdido. Vamos un paso más allá de la sostenibilidad y creamos perfumes que son regenerativos: participando activamente en programas de reforestación y replantación, empezando por la regeneración del suelo. Nuestra imaginación no tiene límites, y nosotros también sentimos el sordo latido de la pérdida al pensar en los cautivadores aromas que ahora están fuera de nuestro alcance. Al mismo tiempo que re-salvamos nuestro planeta fomentando la prosperidad de los paisajes naturales, nuestros proyectos pretenden elevar y reproducir la paleta aromática de Mallorca mediante la conservación de especies autóctonas y endémicas.
La vida es una complicada pero hermosa continuación de la historia. Ninguna cosa puede existir sin que la otra tenga relación con ella. Sabemos que nada puede perderse para siempre, y que las tecnologías del futuro no harán más que aumentar nuestra comprensión y experiencia de los alcances de la historia. Pero la pérdida es inevitable si seguimos destruyendo nuestros ecosistemas, por mucho que los científicos y los artistas se esfuercen en proteger este carácter sagrado. Por mucho que esperemos, nos lanzamos a la acción para proporcionar a nuestros semejantes una experiencia sensual, además de alargar la vida de cualquier criatura viva y sus hábitats. Creemos que todo en la abundancia proviene de un lugar de equilibrio.
Volver al listado