VITI VINCI

Neuroperfumería



Viti Vinci 03/12/2022

La inhalación de vapores, humo o aceites forma parte de nuestra historia, especialmente en la tradición chamánica. Encontramos el poder curativo de los aromas narrado a lo largo de los siglos y, actualmente, es un tema tratado desde la neurociencia. De ahí nace la neuroperfumería, una disciplina científica que explora conjuntamente los mundos de la neurociencia y la perfumería.

Joachim Mensing, profesor de psicología y sociología, ha construido un mapa olfativo neurosensorial basado en la descripción del efecto de ciertas esencias olfativas sobre zonas específicas del cerebro, las partes que se activan, el efecto sobre la personalidad y el estado de ánimo.

Las fragancias cítricas nos permiten sacar nuestro lado más extrovertido, otros aromas atraen el sistema de recompensa de nuestro cerebro y el hipotálamo en particular, y otros también pueden relajar la amígdala, el centro del miedo en nuestro cerebro, y el
hipocampo, una zona vulnerable al estrés.

El hipotálamo supervisa diversas funciones como la felicidad y la alegría, por lo que su activación es esencial para aquellos momentos en los que experimentamos tristeza, melancolía o depresión.

Nuestra experiencia olfativa es muy especial y puede llegar a ser muy intensa, ya que suele experimentarse junto a otros sentidos como la vista y el oído. Esta experiencia sensorial se localiza en nuestro cerebro y es clave para la psicología de la selección de fragancias. Gracias a las técnicas de neuroimagen funcional, se sabe que diferentes regiones del cerebro (regiones también asociadas a los rasgos de la personalidad) tienen preferencias olfativas y aromas favoritos.

En concreto, el córtex orbitofrontal es responsable de la percepción y el reconocimiento conscientes de los olores, coordinando todas las impresiones olfativas y situándolas en un contexto general. Gracias a este proceso podemos disfrutar de los aromas de los perfumes. Además de esta función, también nos permite relacionar los olores con los colores y las formas; por ejemplo, nos ayuda a decidir si el color del envase del perfume se ajusta a una fragancia. Y por si pensabas que el córtex orbitofrontal hacía poco, también se encarga de la experiencia sinestésica y es donde residen los rasgos de personalidad, en particular la extroversión.

Como hemos dicho anteriormente, las diferentes regiones cerebrales parecen tener preferencias aromáticas; el córtex orbitofrontal es un «fan» de las notas cítricas aromáticas ligeramente picantes y vigorizantes. Algunos de estos aromas son: la naranja, el laurel y el romero, que irradian una frescura vigorizante y ligeramente picante.

En nuestro cerebro olfativo, además de la corteza orbitofrontal, encontramos la corteza piriforme. Actúa como «administrador» del aroma, decidiendo su efecto y olor. Se encuentra cerca del bulbo olfativo y puede intensificar el efecto del perfume y la fragancia en nuestra conciencia, nuestros estados de ánimo y emociones, y también dicta la corriente al bulbo olfativo, permitiendo la decisión de qué comer y cómo. Este sistema puede incluso decirle a nuestro cerebro que no huela algo o que lo huela parcialmente, dependiendo de si la corteza piriforme lo categoriza como algo importante o no.

Por otro lado, el córtex piriforme también decide qué, cómo y dónde se envía la información a otras regiones del cerebro para su posterior procesamiento de los olores.

Asimismo, tiene como aliada a la amígdala, que, como ya hemos dicho, es una región del cerebro encargada del miedo. Gracias a las técnicas de neuroimagen funcional, sabemos que si le ofrecemos olores lácteos, de cuero y madera cálidos, y notas almizcladas, le provocamos una relajación emocional. Es decir, el córtex piriforme indica al cerebro cómo actuar ante un estímulo olfativo.

La corteza piriforme influye en nuestra personalidad y, además, al estar conectada con el sentido de la vista, la visión de, por ejemplo, un
limón mejora la impresión olfativa. Esto se denomina superaditividad de los estímulos.

Además de la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo también están relacionados con el sentido del olfato. El hipocampo es básicamente responsable de la memoria y el aprendizaje a largo plazo, lo que incluye la memoria olfativa. El estrés crónico puede reducir su tamaño hasta en un 26%, por lo que el hipocampo prefiere los aromas que ofrecen relajación y profilaxis contra el estrés; serían las notas florales y las maderas suaves (por ejemplo, el sándalo).

El hipotálamo y el sistema dopaminérgico también desempeñan un papel fundamental en el disfrute de los aromas. Sus centros de recompensa desencadenan sensaciones de placer, alegría y diversión, y sus olores favoritos son el chocolate, la vainilla, la canela y la fruta.

Tendemos a pensar que el olfato, en los humanos, es uno de los sentidos menos importantes. Lo que ocurre es que el procesamiento de la mayoría de los olores se produce de forma inconsciente. Sin embargo, desempeña un papel crucial en la determinación del estado de ánimo y las emociones.

Y esto es precisamente lo que trabajamos en Viti Vinci, con lo que llamamos Mood Programming. Por ejemplo, está demostrado científicamente que los aceites esenciales de lavanda y romero favorecen un estado de relajación. Esto se debe a que oler estos aromas aumenta
la actividad de eliminación de radicales libres y reduce el nivel de cortisol en la saliva. Es decir, proporcionan protección contra el estrés oxidativo. Por otra parte, se ha descubierto que el romero produce una mejora significativa en el rendimiento general de la calidad de la memoria. En otro estudio de neuroimagen, las respuestas de asimetría del EEG a las esencias de lavanda y romero en adultos y bebés registraron un desplazamiento de la actividad frontal izquierda a la derecha, lo que indica un estado emocional más tranquilo.

Además de los distintos aceites esenciales que ofrecemos (que también se encuentran en todos nuestros productos), nuestros perfumes y cosméticos también ofrecen
esta programación de estados de ánimo. Por ejemplo, Flexible Morale nos ofrece calma, autoestima, atrevimiento y tiene un componente afrodisíaco; So Fong nos ofrece armonía, valor y elevación, positividad, paz interior y asertividad.

Además, nuestros cosméticos se denominan neurocosméticos, ya que aumentan la relación entre la piel y el sistema nervioso para mejorar el bienestar cutáneo y emocional.

En definitiva, aún nos queda mucho por aprender sobre el sistema olfativo y su relación con nuestro bienestar emocional y físico, pero parece que estamos en el buen camino y proyectos como Viti Vinci nos permiten abrirnos y presentar este mundo a los demás.




Volver al listado