VITI VINCI

Aromas Y Ondas Cerebrales



Viti Vinci 05/02/2023

Las fragancias afectan a nuestras condiciones psicológicas y fisiológicas, directa e indirectamente. Los estudios electroencefalográficos demuestran que las fragancias modulan la actividad de las ondas cerebrales y son responsables de diversos cambios y estados del cerebro.

Pero antes, entremos en qué es una fragancia. Una fragancia consiste en sustancias químicas volátiles que percibimos a través de nuestro sistema olfativo. De hecho, ¡tenemos 300 genes receptores olfativos activos! Este sistema desempeña un papel enorme en los efectos fisiológicos del estado de ánimo, el estrés, el comportamiento social y la capacidad de trabajo.

En varios estudios se utilizó un electroencefalógrafo para medir nuestra actividad cerebral, es decir, las diferentes ondas cerebrales (delta, theta, alfa, beta y gamma).  Estas ondas aparecen tanto durante el estado activo como durante el estado de reposo de nuestro cerebro.

  1. delta: sueño sin movimientos oculares rápidos (sueño sin sueños). Frecuencia más baja.
  2. theta: somnolencia, ensoñación, pensamiento creativo e imaginativo.
  3. alfa: calma.
  4. beta: alerta, actividad mental focalizada.
  5. gamma: mayor atención, gestión de la memoria, conciencia expandida, emergencia espiritual y estados hipnóticos.

Los aromas tienen la capacidad de interactuar y afectar al sistema nervioso central e influir enormemente en nuestras condiciones mentales y físicas. Por ejemplo, el aroma de limón aumenta las ondas theta; el aceite de eucalipto aumenta las ondas alfa; el AE de mentha arvensis de partes aéreas aumenta las ondas alfa y disminuye las ondas grama, reduciendo el estrés mental; el romero disminuye las ondas alfa y beta y aumenta el estado de alerta. *En todos los estudios, las mujeres fueron más sensibles a estos cambios que los hombres.

Se cree que las emociones aparecen con las ondas alfa, por lo que aromas como la bergamota o la lavanda pueden ayudar a inducir al cerebro a pasar de las ondas beta o gamma a las alfa y tener una mentalidad más positiva. Si lo que buscas es estar alerta y concentrado, aceites esenciales como la albahaca, el romero o la pimienta negra son tus amigos, ya que ayudan a promover las ondas beta.

Investigadores japoneses descubrieron que la inhalación de aceites esenciales de lavanda y sándalo aumenta las ondas alfa (relajación), y la inhalación de aceite esencial de jazmín aumenta las ondas beta (alerta, ansiedad), un efecto similar al del café. Por otro lado, se ha descubierto que el aceite esencial de las semillas de Ziziphus jujuba (dátil chino o azufaifo) ayuda a inducir ondas gamma.

Como nota divertida, ¡el olor del pan horneado puede aumentar la sensación de bienestar e incitarnos a gastar más! Aún queda mucho por investigar, pero estos estudios recientes han abierto una nueva línea de investigaciones que relacionan los aromas y la actividad cerebral.

Y como San Valentín está a la vuelta de la esquina, me he permitido profundizar un poco más en la «ciencia del cerebro» que hay detrás del amor. El amor puede clasificarse en lujuria, atracción y apego, cada uno de ellos con su propio conjunto particular de hormonas.

La lujuria está impulsada por la testosterona y el estrógeno (producidos en los testículos y los ovarios) y surge de nuestra necesidad biológica de reproducirnos. Estas hormonas se encuentran tanto en las mujeres como en los hombres, pero en cantidades diferentes.

La atracción está impulsada por la dopamina, la norepinefrina y la serotonina (producidas en el cerebro) e implica las vías cerebrales que controlan el comportamiento de «recompensa», lo que explica en parte por qué las primeras semanas o meses de una relación pueden ser tan emocionantes. La dopamina y la norepinefrina nos aportan energía y euforia y pueden disminuir el apetito y el sueño. La serotonina, en cambio, se encuentra disminuida. De hecho, las personas que sufren un trastorno obsesivo-compulsivo tienen niveles bajos de serotonina, lo que lleva a especular que ésta es la razón por la que las primeras etapas del amor se caracterizan por un enamoramiento desmesurado.

El apego está impulsado por la oxitocina y la vasopresina (producidas en el cerebro) y es el factor predominante en las relaciones duraderas. Podemos encontrar apego no sólo en las relaciones románticas, sino también en las amistades, el vínculo padre-hijo, la cordialidad social, el vínculo humano-mascota, etc. La oxitocina, apodada «hormona del abrazo», se libera en grandes cantidades durante las relaciones sexuales, la lactancia y el parto, todas ellas actividades precursoras del apego. La vasopresina, en cambio, se asocia con la vigilancia y los comportamientos necesarios para proteger a la pareja o el territorio.

Pero no nos engañemos, no todas estas hormonas nos hacen felices y enamorados. De hecho, la dopamina no sólo es responsable de nuestras virtudes, sino también de nuestros vicios; es la razón principal de las adicciones y su exceso puede provocar comportamientos irracionales, adulterio y celos.

De hecho, existe una teoría triangular del amor, según la cual si una de estas tres categorías es superior a la otra, una relación cambia completamente de movimiento. Robert Sternberg define tres componentes del amor: la intimidad (atracción), la pasión (lujuria) y el compromiso (apego), que se traducen en:

– cariño: intimidad

– amor sociable: intimidad + compromiso

– amor vacío: compromiso

– amor fatuo: pasión + compromiso

– encaprichamiento: pasión

– amor romántico: pasión + intimidad

– amor consumado: intimidad + pasión + compromiso

Como puedes ver, existen múltiples tipos de amor! Asegúrate de cultivar el amor en la forma que te haga más feliz y encaje mejor en tu vida!  Ya sea con un amigo, un compañero de trabajo, una mascota, un familiar o una pareja romántica.




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